Este antiguo refrán español, usado para indicar que cada cual se vaya a su casa a ocuparse de sus cosas, refleja cómo los olivares eran antaño soporte de estas simpáticas y rechonchas rapaces nocturnas y además de otras muchas especies del reino animal y vegetal.
Una biodiversidad que se ha perdido considerablemente en las últimas décadas como consecuencia de las técnicas de cultivo convencionales, donde el uso de herbicidas y otros productos de síntesis eliminan cualquier posible competencia con el olivo, dejándolos solos sobre un terreno desnudo desprovisto de otros organismos , como si fueran solamente pequeñas factorías de aceitunas.
Con el propósito de revertir esta situación y al mismo tiempo mejorar la rentabilidad del olivar nació a finales de 2015 el proyecto LIFE Olivares Vivos, del que son socios la Sociedad Española de Ornitología, SEO/Birdlife también coordinador del proyecto, el CSIC, la Diputación de Jaén y su Universidad a través de las áreas de ecología y comercialización e investigación de mercados.
La Comisión Europea financia el 60% de los costes y el resto el Fundación Patrimonio Comunal Olivarero y la Interprofesional del Aceite de Oliva.
El proyecto consta de un conjunto de acciones que se desarrollarán hasta el año 2020 y tiene carácter demostrativo. Se han seleccionado para ello 20 olivares y diseñado un plan de actuación específico para cada uno con el objeto de recuperar la biodiversidad. Las acciones contemplan el manejo de la cubierta herbácea y la revegetación de zonas que no eran hasta ahora productivas como los bordes del camino o las lindes, junto a otras para la recuperación de aves, anfibios e insectos.
La recuperación de la biodiversidad en el olivar es sencilla a juicio de los expertos, pero requiere un firme compromiso por parte de los olivicultores, para quienes rentabilizar su esfuerzo es fundamental.
Por ello el proyecto está plateado igualmente desde la óptica de la rentabilidad. Se contempla la creación de una marca certificada que identifique este nuevo modelo productivo y represente un valor añadido para los productos obtenidos en un entorno que promueve y respeta la biodiversidad.
La biodiversidad es una muestra de la calidad medioambiental, ayuda a reducir la erosión y luchar contra el cambio climático, cuestiones a las que son cada día más sensible las instituciones, los consumidores y la sociedad en general.
Durante el rodaje del documental Jaén, Virgen & Extra tuve la ocasión de conocer este gran proyecto de la mano de algunos de sus responsables directos, a los que desde aquí deseo el mayor de los éxitos.
La sostenibilidad del olivar y del sector oleícola pasa inexcusablemente por el desarrollo creciente de prácticas respetuosas con el medio ambiente, la biodiversidad en el olivar es, como ya hemos mencionado, uno de los mejores indicadores de todo ello.