Con motivo de la Conferencia sobre los aceites de oliva, auspiciada por la North American Olive Oil Association, hace pocos días conocimos con enorme satisfacción un dato tan revelador como alentador para todas aquellas marcas y productores que tienen en la exportación del aceite de oliva su razón de ser en nuestro país: España lideró con creces las exportaciones de AOVE español a Estados Unidos durante el año 2016 con nada menos que un 41 % del producto. Más de 130.000 toneladas de aceite de oliva español llegaron al mercado norteamericano para consumo interno.
Hace 20 años, sin embargo, la situación era bien diferente: el 75 por ciento del mercado USA lo ocupaban los aceites italianos y entonces, humildemente y con la cabeza gacha, nos teníamos que conformar con apenas un 11 por ciento de lo que se consumía allí.
Divulgación y producto de calidad
¿Qué ha pasado para que hayamos revertido la situación?
Independientemente de la labor divulgadora desarrollada en USA por diferentes instituciones como la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español o la propia Diputación de Jaén…
Independientemente de que el sector haya revolucionado los estándares de calidad hasta límites insospechados hace ahora dos décadas…
Independientemente de que nos hayamos concienciado de la importancia de la imagen y la comunicación para conseguir penetrar en mercados tan exigentes como el americano…
Independientemente de todo ello, nada de esto hubiese ocurrido si en Estados Unidos no se hubieran promulgado campañas e iniciativas apuntando a la dieta mediterránea como una vía de garantías para mejorar la calidad de vida de los americanos y, sobre todo, para reducir sus altos índices de obesidad y de enfermedades cardiovasculares. De hecho, fruto de esa tendencia, el gigante americano es ya el tercer consumidor mundial de nuestro oro líquido.
Una eficaz “oleización”
La interprofesional y la Diputación de Jaén realizaron a principios de año un viaje evangelizador a San Francisco y Washington para explicar a médicos estadounidenses las conclusiones del estudio Predimed (PREvención con DIeta MEDiterránea) sobre los beneficios del producto.
Dicho informe, publicado por la revista ‘New England Journal of Medicine’ en febrero de 2013 y clave para la promoción de las virtudes del AOVE español, demostró que la dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva consigue reducir en un 30% el riesgo de padecer riesgo de infarto de miocardio, ictus o embolia.
Fue una iniciativa puntual, pero a dicha evangelización han contribuido también decenas de profesionales españoles de la cocina, aunténticos artífices de la oleización del mercado americano: el barcelonés Marc Vidal, el sevillano Víctor Ortega, el también andaluz Dani García, por supuesto el asturiano y mediático José Andrés, un auténtico fenómeno cultural y social en Estados Unidos por infinidad de razones… y tantos otros.
En la conciencia de muchos americanos de a pie existe ya, gracias a ellos y la labor de muchos productores y distribuidores, la idea de que España cuida muy mucho su cocina y, por supuesto, la calidad de los productos que componen la base de su gastronomía, y entre ellos, por supuesto, está el aceite de oliva.
Cuando algunos nos hemos aventurado a proclamar en muchos foros que el aceite de oliva es el artífice de la revolución gastronómica del siglo XXI, en muchas ocasiones hemos tenido la sensación de predicar en el desierto.
Los datos nos están dando la razón. Y el futuro no puede ser más prometedor, principalmente porque en un mercado como el chino, uno de los principales motores de la economía mundial, el aceite español es líder absoluto con más de un 80 por ciento de las exportaciones que provienen de la Unión Europea.
Que vayan tomando nota todos aquellos pequeños y medianos productores que buscan con avidez mercados más o menos vírgenes en los que encontrar paladares exigentes.
Actualmente, Gaulas está participando en un apasionante proyecto de difusión y promoción del AOVE español en el mundo que pronto verá la luz y del que el sector tendrá noticias muy pronto. Será un hito más de esa oleización, una evangelización que afortunadamente va siendo cada vez menos necesaria.
Porque el propio producto, nuestro oro líquido, el aceite español, ya ha dictado sentencia en todo el mundo con sus virtudes gastronómicas y nutricionales y sus beneficios para la salud de las personas.
Hasta el pueblo americano se ha rendido. Lo que no ha conseguido ningún ejército hasta la fecha…